Una pareja sana es el encuentro de dos individualidades

 

Una pareja sana:  aprende las claves para construir una relación sanadora. La pareja no es una entidad en sí misma, sino un vínculo entre dos individuos que deciden acompañarse en la vida.

Este vínculo puede establecerse por un tiempo corto, medio o largo. Es decir, podemos relacionarnos con alguien por una noche, unos meses, años o incluso toda la vida. En cualquiera de los casos, este vínculo debe ser sano si queremos que sea sanador.

La base de una relación sana está en reconocer y respetar las individualidades. La pareja se convierte en el marco donde estas individualidades interactúan. Para que esta relación sea saludable, cada miembro debe garantizar un espacio seguro en el que el otro pueda expresar sus vulnerabilidades y sanar.

En busca del amor incondicional con una pareja sana

Dicho de otra manera, las relaciones son el terreno de juego del amor. Los seres humanos necesitamos sentirnos amados. Según la teoría del apego de Bowlby, aprendemos en nuestra infancia formas de recibir amor que luego recreamos, de manera inconsciente, en nuestra vida adulta. Por ello, nuestro objetivo debería ser aprender a proporcionarnos un amor incondicional a nosotros mismos. La pareja, en este contexto, se convierte en un terreno de ensayo y error.

Ambos miembros desean ser amados de manera incondicional, pero han desarrollado mecanismos de defensa y estrategias para obtener amor. En este proceso, nuestro compañero actúa como un espejo que refleja nuestras carencias, permitiéndonos crecer y superarlas. Sin embargo, para que la relación sea sana, este crecimiento debe ser recíproco.

El otro es un espejo que muestra nuestras carencias afectivas, pero también debe sostener esta imagen sin reaccionar de manera negativa. De igual forma, debemos permitir que nuestra pareja se observe con respeto. Solo así podremos caminar juntos hacia un desarrollo afectivo individual y mutuo.

¿Cómo puede ayudar la terapia de pareja basada en el mindfulness?

Imaginemos una situación cotidiana en la vida de una pareja. Están llevando a cabo reformas en casa, y la decisión de pintar una pared de un color intenso no da buen resultado. Al ver la cara de desaprobación de tu compañero, o al escucharle decir que no le gusta, puedes reaccionar enfrentándote a él. Tal vez a ti tampoco te agrada el resultado, pero tu reacción puede ir desde una discusión tranquila hasta gritos, lágrimas o incluso portazos.

En realidad, el problema no radica en el desacuerdo entre ambos, sino en cómo el fracaso de esa decisión afecta el amor propio de cada uno. Uno puede sentirse mal por haberse equivocado; el otro, por aceptar siempre las decisiones del compañero, incluso cuando no son acertadas. Este tipo de situaciones a menudo despiertan emociones relacionadas con nuestras inseguridades y nuestro miedo a no ser amados.

Sin embargo, este tipo de conflictos pueden convertirse en una oportunidad para reflexionar sobre nuestras reacciones. Si logramos cultivar un amor incondicional hacia nosotros mismos, estas emociones no desencadenarían conflictos. La comunicación sería más fluida, incluso cuando hablamos de errores y fracasos.

Si deseas saber más sobre cómo aplicar el mindfulness a las relaciones de pareja, no dudes en ponerte en contacto con Mavi Marin, terapeuta especializada en amor y relaciones.

 

 

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